El pasado 3 de enero de 2025, falleció el periodista César Pérez Berrío, con una trayectoria periodística de 55 años. Fue presidente del CIPA en dos períodos y siempre con su vocación de servicio aportó al gremio pionero de los periodistas de Antioquia. Damos gracias a Dios por su vida y por haber tenido la dicha de conocerlo.
Transcribimos la columna del también expresidente del CIPA, el profesor Juan José García Posada publicada el 6 de enero en el periódico El Colombiano y titulada: César Pérez, arquetipo del reportero:
César Pérez Berrío descansa en paz desde el viernes y en el infinito celestial estará celebrando sus 81 años hoy 6 de enero. Era el prototipo del reportero. Comenzaba el decenio de los sesenta y en Medellín se consolidaba un proyecto de periodismo radiofónico original y de muy amplia sintonía desde el radioperiódico Clarín, dirigido por Miguel Zapata Restrepo. Cuando sonaba la presentación de Desde la calle, al inconfundible estilo de Clarín, lo más probable era que entrara al aire César Pérez desde un teléfono público y en el escenario de la noticia. Era todavía un estudiante del Liceo Antioqueño, donde en 1960 fundó su periodiquito Alerta, del que fui corresponsal en segundo de bachillerato. Al reporterismo, César le infundió sentido de la oportunidad, afán casi obsesivo por la primicia, claridad y precisión en la narración y los datos y todas las condiciones que hacían de ese género el más atractivo para los oyentes.
Desde hace más de medio siglo César combinó sus estudios de Derecho en el Alma Mater con la dedicación insomne a la actividad reporteril, que al fin lo hizo disuadir de ser abogado. En 1970 fundó el noticiero Colombia en Acción, proyecto innovador del que fui integrante con colegas como Jairo Moreno Calderón, Óscar Peláez Jaramillo, la voz de Diego Vargas Escobar, la asistencia de Néstor Armando Alzate y la gerencia de Augusto Vásquez.
César nos acompañó buen tiempo en el gran equipo de redacción de EL COLOMBIANO con su manejo ponderado de la información política. Y puede afirmarse que la verdadera niña de sus ojos fue el Círculo de Periodistas de Antioquia, la agremiación que nos une y agrupa como profesionales, de la cual fue presidente y dignatario en varios períodos y donde contribuyó hasta hace pocos meses con sus ideas, su altruismo y su defensa irreductible de los mejores intereses profesionales. Pero ante todo con su actitud respetuosa, de las creencias ajenas, de la privacidad de cada cual con virtudes y defectos, del derecho a pensar y ser distinto en todas las expresiones de la vida. Una devoción de César, además de la religiosa, fue por la música colombiana y en particular por el Dueto de Antaño. En su casa de La América cultivaba una amistosa bohemia y organizaba frisoladas casi de sol a sol y casi multitudinarias con artistas de renombre en el bambuco y los demás aires nacionales. En la misma redacción del periódico cantamos muchas veces con César y los compañeros Alberto Restrepo, Luis Guillermo Valenzuela y Hernán Ramírez.
Quedan muchísimas palabras por pronunciar acerca de este personaje amigable, del colega que ya nos falta, del hábil e imaginativo reportero y cronista, del contertulio de buen humor y respetuoso de sus interlocutores, del líder gremial de los periodistas en Antioquia, del portador de la veracidad y el sentido de oportunidad en la noticia de última hora, de César Pérez Berrío, arquetipo del reporterismo auténtico en la radio y la prensa de buena ley.